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Lxs Berlinesxs Quieren una Votación por el Clima

Imagen: aufsiemitgebruell.de

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Parece que la ciudad puede estar encaminada hacia la neutralidad climática en 2030, pero no sin algunos obstáculos.

El movimiento de sociedad civil Klimaneustart (Reinicio climático) ha conseguido la celebración de un referéndum climático que tendrá lugar en 2023. ¿El objetivo? Cambiar la ley de Protección Climática y Transición Energética en Berlín, para asegurar que las medidas de neutralidad climática de la misma se lleven a cabo antes del 2030, en vez del 2045, como se establece en la ley original.

Si se aprueba, la modificación de ley no solo adelantaría la fecha límite quince años, sino que también haría las promesas climáticas legalmente vinculantes, estrechando el margen para la inacción política. Pero la nueva fecha no se ha escogido caprichosamente; es el resultado de varios estudios realizados por más de cien científicxs y expertxs, demostrando la viabilidad de un sistema térmico libre de emisiones, una reestructuración de todos los sectores energéticos, y otras propuestas orientadas a la reducción de gases de efecto invernadero, todas alcanzables para el 2030, según lxs expertxs.

Si la nueva ley es aprobada, la ciudad de Berlín sería testigo de una transformación ecológica integral durante los próximos siete a ocho años. Por supuesto, esto mejoraría considerablemente la calidad de vida de sus habitantes, que ahora viven en una ciudad en la que la contaminación del aire y acústica, que ha aumentado drásticamente en las últimas décadas, los costos energéticos, etc., tornan las condiciones de vida cada vez más hostiles. Pero, lo que quizás sea aún más importante; daría un ejemplo sin precedentes.

Hay otras ciudades en el mundo que marcan muchas más casillas que Berlín en lo que respecta a movilidad verde y emisiones reducidas, pero resulta que Berlín es una de las ciudades más grandes de Europa, una “capital europea”. Eso implica que, si se adopta, la nueva ley no solo demostraría que una transición ecológica a gran escala es posible en el corto plazo cuando la voluntad política no brilla por su ausencia, sino que también sentaría un precedente legislativo a la hora de hacer promesas ecológicas legalmente vinculantes.

Así que, ¿cuáles deben ser los próximos pasos?

La cronología hasta ahora

Para que el referéndum tenga lugar, un mínimo de 240.000 firmas debía ser recolectado como parte de una petición que pedía el referéndum en cuestión, lo que debía suceder antes del 14 de noviembre de 2022. El grupo Klimaneustrart, que fue el que propuso el cambio de ley, recogió 261.968.

Así que habrá referéndum en 2023, pero, para que el resultado del mismo sea válido, hay otro requisito; tiene que contar con la participación de, al menos, el 25% del electorado. Esto puede parecer fácil de conseguir, pero hay que tener en cuenta que, en Alemania, la participación en referéndums tiende a ser mínima en comparación con la de elecciones políticas, tanto a nivel nacional como regional. Es por eso que, a menudo, los referéndums se celebran junto con elecciones políticas, para asegurar la participación suficiente para un resultado significativo.

Las siguientes elecciones se celebrarán en febrero, pero el senado no parece muy dispuesto a facilitar que el referéndum se celebre el mismo día. Alegan que no hay suficiente tiempo para preparar y compilar los materiales suficientes. Eso, claro está, no suena muy convincente a los oídos de los grupos ambientalistas. La iniciativa por un referéndum comenzó oficialmente en otoño de 2021, lo que significa que no es ninguna sorpresa para el senado, así que las preparaciones podrían haber comenzado antes. Además, la fecha alternativa es en marzo del 2023, solo en torno a un mes después de las elecciones. Parece un poco dudoso que el “tiempo necesario de preparación” se pueda alcanzar con tan solo en torno a cuatro semanas de diferencia, y que sea más fácil, o merezca más la pena, votar dos veces, lo que implica pagar por dos fechas electorales en vez de una, movilizar a trabajadorxs electorales dos veces, en vez de una, etc.

Pero la determinación y creatividad de lxs berlinesxs ha demostrado no conocer límites; así como protestas y peticiones pidiendo que el referéndum se celebre en febrero, se ha presentado una denuncia formal ante el tribunal administrativo para obligar al senado a ello. Para que la denuncia sea una oportunidad de éxito, fue necesario demostrar que las imprentas estaban preparadas para la acción en caso de una votación en febrero. Y, para ello, hubo que reservar suministros de papel con el valor de 15.300 EUR. A estas alturas, tantxs berlinesxs quieren un voto por el clima, que en cuanto se conoció la noticia de que tal cantidad era necesaria en tan poco tiempo, el dinero se recaudó en a penas seis horas, el pasado 9 de diciembre.

Un referéndum está en camino, incluso si la fecha exacta sigue estando por confirmar. Y parece que lxs berlinesxs están deseándolo, y dispuestxs a luchar por él, a pesar de los obstáculos. ¡Buena suerte, berlinesxs! Como ciudadana del mundo, estaré observando.

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